Este poema, pese a lo escatológico, me gusta porque me recuerda un momento muy duro y desesperanzado...
Entre heces nació una rosa
y sentí la vida brotar.
Cuan feliz, risueña mariposa
eché mis alas a volar.
Vivió la rosa su vida,
infinito sentir del placer.
Mas un día llegaron espinas
e inevitable fue el padecer.
Y un día murió la rosa
gritando en dolor mil veces.
Su alma se fue, jubilosa,
dejando espinas y heces.
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3 comentarios:
entre heces nacimos todos...
un abrazo.
demasiado escatologico para la poesia, pero bien cierto que es todo en ello dicho, sigue así
cada día estoy más convencida de que deberías publicar un libro
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