Tan fácil como dejar de luchar...
bajar los brazos, matar la sonrisa,
simplemente dejar de jugar
a ser quien me limita.
Ni amar ni querer, ni tan siquiera pretender,
¿para qué? ¿quién lo quería?
No era yo, tú me lo pedías
mientras yo lloraba sin entender.
Error en las personas, error en los lugares,
en esta habitación tan sombría,
tu mente, tu mensaje...
mi muerte, madre mía.
miércoles, 24 de mayo de 2017
Suscribirse a:
Entradas (Atom)